lunes, 1 de marzo de 2010

Crónica: En Colima ¿el rock no pega?

Colima.- 1992 fue el año que marcó con el estigma rockero a Colima, cuando Saúl Hernández (después seguido por Alex Lora en alguna otra ocasión) juró ante los cien rockeros y despistados que fueron a escuchar sus éxitos del disco “El Diablito” a la Feria de Colima: No volver nunca a tocar en este estado.

2010. Se presenta por segundo año consecutivo el Reventour Estrella en el estacionamiento de Zentralia. Saúl Hernández, León Larregui y Leonardo de Lozanne son las voces de la gira que la noche del sábado 27 de febrero, dieron fin a los 18 años del mito costeño. El rock ahora sí pega en Colima y ¡vaya forma!

Más de 25 mil se dieron cita; los más clavados desde las 7 de la mañana, tan sólo para escuchar “Sombras En Tiempos Perdidos” de Caifanes o haciendo la travesía desde Sayula tan sólo para poder ver a Zoé en vivo. Y si las Chivas rompieron record con sus 8 victorias al hilo (oh si… soy rockero y chiva), ese mismo día Colima sacó la casta con una cifra también récord, que superó lo antes conseguido sólo por Chayanne (dato proporcionado por Alejandro Castelazo del programa Eclectikon de Magia 930).

El recital transcurrió ameno, donde hubo uno que otro empujón y pellizcón de tepalcuana, pero sin llegar a más agravios. Si tú estabas hasta el frente (que fue donde nos enjaularon a los medios en una especie de metro cuadrado como en el que pones a las vacas en farmville) podías ver con gusto reunidas a todas las etnias, tribus y credos juntos. Emos, darketos, posers, bandoleros extraviados, fresas, descamisados y cholos coreando las que se sabían y dándole al brinco y al headbanging de repente. Muy bueno para terminar con la maldición del rock, tan bueno que Zoé y Fobia prometieron regresar.

¿De dónde salieron 25 mil asistentes al Reventour?
En mi humilde opinión hay algunos factores que podrían hacer algo borrosa la percepción del éxito del rock esa noche. Definitivamente tiene que ver que era un evento masivo de esos que los colimenses etiquetamos como tienes-que-ir-wey-porque-va-a-estar-todo-mundo, lo cual resta banda rockera a la ecuación. En este factor entran todos los que saliendo del Reventour se fueron por sus camisitas a cuadros y la bota y el sombrero para llegar a brincolearle a Joan Sebas.

La excelente promoción del evento, que trajo a buena parte de los asistentes al concierto desde lugares fuera de la entidad es factor menos para los locales.
Y finalmente el asunto con Fobia, que siempre viene acompañado de las hordas de chicas (y hombres) que están enamoradas de Leonardo de Lozanne, lo cual también diluye la fórmula resultante.

Esto podría ser decisivo a la hora de, supongamos, quisieran venir Bengala o División Minúscula por su propia cuenta y cobrar entrada. Sin embargo, creo que rescata mucho el hecho de que a toda la gente de la región occidental le es más fácil venir a la capital colimense a un concierto que a Guadalajara o al DF.
Eso sería en conclusión con lo que me gustaría quedarme. Colima, como un punto más en las giras de los rockeros nacionales y extranjeros, apoyados en fuerte promoción en radio, sitios de noticias y redes sociales para que la región se prenda, y soñando a futuro que en diez o 18 años más tengamos por acá un masivo de talla internacional para beneplácito de los que amamos el rock desde Colima.

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