domingo, 9 de diciembre de 2007

Ruge Jaguares en el Fórum... otra vez


Por: Juan Zapata Pacheco, Domingo, 09 de Diciembre de 2007


Con un retraso de más de una hora debido a problemas con los generadores eléctricos, las filas para ingresar al recinto se extendían por varios cientos de metros.

Apenas hace quince días los Jaguares encendieron los ánimos de la multitud que asistió a su participación en el evento de Voces por los Migrantes en Parque Fundidora.

Pero su fiel fanaticada abarrotó también su participación individual en el escenario de Latidos del Mundo, la noche del viernes, un día antes del cierre del Fórum Universal de las Culturas.

Con un retraso de más de una hora debido a problemas con los generadores eléctricos, las filas para ingresar al recinto se extendían por varios cientos de metros, pero poco a poco fueron llenando el parque de béisbol y las gradas.

Este concierto presentaba un atractivo adicional, la participación del maestro Diego Herrera en los teclados y el sax, músico fundador de Caifanes y que jugara un papel fundamental en los arreglos de dos discos clásicos del rock mexicano: “El diablito” y “El silencio”.

El reencuentro de Diego con dos de sus antiguos compañeros, Saúl Hernández y Alfonso André, resultó más que satisfactorio, además que ayudó a que la banda improvisara mucha música, como es el caso del solo de bajo de Marco Rentería, el final de “Piedra” o la primera canción del encore.

Se apagan las luces y aparecen los músicos en escena “Amanece” es el tema con que abren, desatando la emoción de los cientos de asistentes.

“Mátenme por que me muero” es el tema que viene a continuación, y a continuación “Nunca te doblarás”, del primer disco que Saúl grabara con el nombre de Jaguares: “El equilibrio”.

De hecho fue notoria la predilección de los temas de este disco así como del catálogo de Caifanes, excluyendo casi por completo el material de sus recientes trabajos: “Crónicas de un laberinto”, “Cuando la sangre galopa” o “Bajo el azul de tu misterio”.

La banda también interpretó temas como “Los dioses ocultos”, “Miércoles de ceniza”, “d” “Viento”, “De noche todos los gatos son pardos” o “Detrás de los cerros” en el que Saúl aprovechó para indicar que una de las experiencias que más los ha marcado como banda es convivir con los indios lacandones, quienes les enseñaron que hay una realidad más poderosa sobre todo el mundo.

La crítica social no se quedó fuera, ya que Saúl dedicó “Un silencio” a todas las mujeres maltratadas, golpeadas y asesinadas, sobre todo en Ciudad Juárez, y destacó que en el caso de la absolución de Mario Marín, “El gober precioso”, “la Suprema Corte se hizo pen...”.

Luego de despedirse por primera vez, la banda regresó para tocar un encore del cual el primer tema fue una improvisación, y los siguientes, cuatro clásicos de la música nacional en general, cuatro canciones que forman parte no sólo de una generación: “La célula que explota”, “No dejes qué”, “Antes de que nos olviden” y “Afuera”, que cientos de voces corearon hasta quedar afónicos.