lunes, 3 de diciembre de 2007
Recupera Saúl Hernández a Caifanes
Gana litigio para utilizar nombre de la banda
EL UNIVERSAL
Caifanes, de Saúl Hernández
MEXICO, 2 de diciembre.- A mitad de los 90, los integrantes de Caifanes, Saúl Hernández y Alejandro Marcovich, lucharon arduamente por la utilización del nombre de la banda. Hernández, fundador del grupo, finalmente se quedó con él. “El nombre se recuperó, ya está en nuestros archivos, ya tenemos el nombre de regreso”, dice escuetamente acerca del tema. Personas allegadas al vocalista aseguran que a Marcovich se le pagó una cantidad que rondó 2 millones de pesos.
Los registros de nombres de grupos suelen acarrear una larga lista de problemas. “La ley permite que exista pluralidad de titulares en la reserva del nombre, si el grupo completo tiene un nombre, sus integrantes pueden ser titulares del derecho. El problema se genera cuando uno de los integrantes es el titular de los derechos, porque tiene la facultad de impedir que sus compañeros lo utilicen”, explica el abogado Felipe Muñoz Rodríguez, quien explica que la ley contempla un mecanismo que permite liquidar la cotitularidad.
“Se tasa el nombre en el mercado y se hace una liquidación con la persona que desee quedarse con el nombre, las fricciones suceden cuando los integrantes no desean ceder los derechos sobre el nombre”, señala. ¿Además del artista, quién se lleva una buena parte de las ganancias?, el abogado Sydney D. Bluming, especialista en propiedad industrial en el campo artístico, advierte que los representantes de los famosos suelen llevarse una buena parte de las ganancias. “Un artista puede ganar porcentajes de entre 6 y 7% en perfumes, algunos pueden llegar hasta 12%, pero los agentes que consiguen estas licencias se llevan hasta 30% de los ingresos del artista”, señala Bluming. En México es conocido el caso de los grupos Bronco y Límite, representados por el empresario regiomontano Oscar Flores, quien posee todos los derechos del nombre de los grupos y ha impedido su utilización desde hace varios años tras la disolución de las alineaciones originales.
Otro caso frecuente es la duplicidad de nombres, sobre todo cuando se trata de artistas en distintos países. Sydney D. Bluming señala que el registro de un nombre artístico debe hacerse país por país, en el caso de Latinoamérica, a diferencia de Europa, donde un registro vale para todo el continente. “Es importante la protección que dé cada país, hay países con buenos sistemas para perseguir a quienes violan el uso de las marcas, pero en China cada vez la gente esta más renuente a hacer negocios o registrar marcas porque no hay una política clara para proteger estos derechos”, apunta y señala a México como un país con leyes adecuadas.
Pero las nuevas batallas legales se han dado en el terreno de internet, donde aún hay muchos huecos y donde también existen piratas. El grupo tejano Intocable es uno de los que se ha llevado sorpresas desagradables. “El nombre del website lo tenía registrado alguien más y es algo que estamos trabajando”. Los procesos para los dominios de la web son distintos a las marcas porque hay organismos privados que otorgan los nombres para los dominios. A diferencia de las licencias de uso de marca, donde se asigna un territorio geográfico especifico, en internet es a nivel global, no hay distinciones de territorio, por ello los problemas son diferentes”, comenta Bluming.