jueves, 4 de diciembre de 2008

Comunidad “Amando López”




El salvador es un país con muchos rostros, con muchas realidades.

Salir de San Salvador es exponerse a un mapa de pobreza que según revela un informe del Banco Mundial del año 2002, el 55 por ciento de los salvadoreños y salvadoreñas pobres viven en zonas rurales y el porcentaje de extrema pobreza duplicaba el de las ciudades.

La situación de pobreza que viven muchas familias salvadoreñas deteriora la calidad de vida que estos tienen. El sistema económico implementado en el país, que actualmente se encuentra en crisis y que no ha permitido resolver los problemas que dieron origen a la guerra, aún después de los acuerdos de paz, se encarga de eliminar las condiciones apropiadas para el aprendizaje de la niñez.

La Constitución de El Salvador reconoce el derecho a la educación de todos y todas, además de ser reconocido por Tratados Internacionales que al ser ratificados por El Salvador se convierten en leyes de la República.

El Estado tiene la obligación, por demanda constitucional como lo establece el artículo 53* y de convenios ratificados, hacer que todos los niños y las niñas tengan las mismas oportunidades de ir a las escuelas y que estas tengan las mismas condiciones de calidad.

Sin embargo, actualmente se contabilizan 342 mil niños y niñas entre los 6 y los 18 años en todo el país que no saben leer ni escribir. De estos fríos números, 197 mil 854 son niños y niñas que viven en el campo y que son considerados analfabetas; 22 mil 448 niños y niñas deben ir a trabajar en lugar de ir a la escuela y 69 mil 884 no pueden pagarla.

La Comunidad “Amando López” es uno de los tantos rostros que se esconden en esos fríos números. La comunidad al igual que otras cercanas, como Presidio Liberado y La Canoa, se encuentran en el departamento de Usulután, en el Bajo Lempa, actualmente viven más de 150 familias de escasos recursos económicos y es considerada zona de Extrema Pobreza, además que en la época invernal es zona de alto riesgo por las constantes inundaciones que deja a su paso la crecida del río Lempa provocando perdidas materiales y hasta humanas.

Aunque esta comunidad cuenta con un centro escolar que lleva el mismo nombre, los planes del gobierno (Escuelas Saludables, EDUCO y el Plan 2021) son ineficientes porque no logran resolver las necesidades latentes que tienen los habitantes en la comunidad “Amando López”, al igual que muchas otras, a pesar de tener infraestructura y una asignación presupuestaria que en la realidad resulta insuficiente para la cantidad de necesidades que se viven, tal como lo exige la Constitución y los convenios internacionales.

La falta de una política pública integral que busque resolver los problemas de educación, entre otros, elimina oportunidades a la niñez salvadoreña condenándola al analfabetismo, al trabajo infantil y a la pobreza estructural que el país no ha logrado superar en su paso de las dictaduras militares a la democracia.

María Reyes Pérez, coordinadora del Centro Escolar “Amando López”, confiesa que no es fácil enfrentar las dificultades que viven en el lugar de estudios porque las necesidades son muchas. ”Miré, necesidades tenemos de todo, juguetes y materiales de lectoescritura, pero como no tenemos fondos no podemos hacer mucho”, agregó tristemente la encargada del lugar.

La deserción escolar es un factor determinante para el desarrollo de la población infantil de la zona, sin embargo no puede verse como algo aislado. Mientras hombres y mujeres, sus padres, no tengan mejores condiciones de trabajo que les reconozca un salario digno tendrán que seguir sumándose niños y niñas a labores de trabajo para llevar algún alivio a sus condiciones de sobrevivencia. Hasta el momento, el Estado salvadoreño poco o nada hace para evitar la explotación económica de niños y niñas, especialmente si esta les impide ir a estudiar, lo cual se le demanda por la Convención sobre los Derechos del Niño en el artículo 32*.

En el 2008, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) presentó un informe sobre los esfuerzos que los países han hecho para mejorar la educación y El Salvador bajó ocho posiciones –de la casilla 87 a la casilla 95- en el Índice de Desarrollo Educativo.

Esta situación refleja las condiciones que viven “Amando López”, “Presidio Liberado” y “Compañera Roxana”, entre muchos otros centros escolares a lo largo y ancho de nuestro país.

Las divisiones de las aulas en el centro escolar ya se encuentran deterioradas, las sillas y mesas para trabajar son pocas y se encuentran en mal estado, por lo tanto los niños y niñas deben sentarse en el piso para realizar sus trabajos.

La exclusión y el empobrecimiento han sido fieles compañeros de Bryan y Franklin que a sus 6 años de edad asisten al Centro Escolar “Amando López” con sus sonrisas y los sueños de cambiar sus condiciones de vida sin que el Estado asuma sus responsabilidades con la niñez salvadoreña.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

*Constitución de la República de El Salvador

Artículo 53: “El Derecho a la educación y a la cultura es inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del Estado su conservación, fomento y difusión”.

*Convención de los Derechos del Niño

Artículo 32: Los Estados deben evitar la explotación económica de niños y niñas, especialmente si el trabajo les impide ir a estudiar, dañe su salud, o ponga en riesgo su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.

No hay comentarios.: