Tiene La Barranca aplaudido debut

Cynthia Camacho
El Diario
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Como en una cita mística, pasados los primeros minutos de la media noche del sábado, se presentó por primera vez en esta ciudad el grupo La Barranca.

Poco más de 100 asistentes (ya que el cupo fue limitado) disfrutaron de un concierto y de una propuesta que uno de los fanáticos definió como ‘música caída del cielo’.

El Whiskey Bar, fue el foro donde la banda encabezada por José Manuel Aguilera (voz y guitarra), Federico Fong (bajo), y Alfonso André (batería) ofreció un concierto de proporciones monumentales.

En medio de gritos y chiflidos de los fans, los integrantes del grupo llegaron al entarimado y sin más preámbulos encendieron motores con su canción homónima ‘La Barranca’.

Acompañados por Jorge Luis ‘Cox’ Gaytán en el violín, a quien presentaron en la séptima canción (Akumal), y por el guitarrista Adolfo Romero, los músicos embarcaron a sus fans en un viaje fantástico a través de temas de su nuevo disco Providencia, y clásicos como ‘Quémate’, ‘Denzura’, ‘La Rosa’, ‘Estallido interno’, ‘Caravana’ y ‘Zafiro’, éste último presentado por José Manuel Aguilera como un homenaje a la cantante mexicana Toña ‘La Negra’.

Pese al poco espacio del que disponían en la tarima para desplazarse y a que no estaban ante cientos de fans, cada uno de los integrantes evidenció una gran emoción y placer de tocar junto con sus compañeros, un detalle del que no todas las bandas pueden presumir.

El violín de Jorge ‘Cox’ Gaytán fue el ingrediente mágico en la mayoría de las piezas ejecutadas, sobre todo en las de ‘Denzura’, ‘Atroz’, y ‘Paraíso Elemental’.

Después de 19 canciones, La Barranca hizo su primer intento de despedirse, pero después de cinco minutos de gritos de ‘¡Otra, otra!’ y el clásico ‘Uleeerooo’, los músicos regresaron a cerrar con ‘La Expedición’, ‘Alacrán’ que dedicaron a Ciudad Juárez (una frase de la letra dice ‘La ciudad se volvió mortal’), y una de las favoritas de sus seguidores; ‘Día Negro’.

“Nos vemos pronto, muchísimas gracias por venir”, se dirigió José Manuel Aguilera al despedirse, no sin antes dar él y todos los integrantes una cátedra de sencillez al saludar a varios admiradores.