Anastasio Hernández Rojas, de 35 años, se resistió a ser deportado por la Puerta Mexico, en Tijuana, por lo que una veintena de elementos de la Patrulla Fronteriza lo sometieron a golpes y descargas eléctricas hasta dejarlo inconsciente
Médicos estadounidenses diagnosticaron muerte cerebral al migrante mexicano que fue golpeado por una veintena de agentes de la Patrulla Fronteriza la noche del viernes, cuando intentó resistirse a ser deportado por la Puerta México.
El hombre fue identificado como Anastasio Hernández Rojas, de 35 años.
De acuerdo con testigos, el incidente se suscitó a unos metros de la entrada a Tijuana cuando esperaba a ser repatriado.
Un elemento fronterizo lo sometió a golpes y con descargas eléctricas y luego otros uniformados se sumaron al "castigo". Lo patearon hasta que quedó inconsciente, según los testimonios.
En un comunicado de prensa, la Patrulla Fronteriza justificó que Hernández Rojas agredió a uno de sus agentes y no atendió la orden de detenerse, por lo que éste "tuvo" que someterlo para controlarlo.
La corporación confirmó que el mexicano había ingresado sin documentos a Estados Unidos, y al momento del incidente "estaba siendo procesado".
Paramédicos intentaron reanimarlo, pero el hombre no reaccionó y fue llevado al Scripps Memorial Hospital,
Una mujer que cruzaba a Tijuana alertó a los agentes del Instituto Nacional de Migración que estaban "medio matando a una persona", pero los oficiales mexicanos no podían intervenir porque el incidente ocurría lejos de su vista y sólo escuchaban gritos de auxilio del connacional.
El joven alcanzó a gatear hasta la Puerta México, donde los agentes migratorios y demás personas pudieron atestiguar la agresión.
Desesperados, los testigos gritaban que dejaran de golpearlo. La agresión continuó hasta que el hombre quedó inmóvil.
Personal del Consulado General de México en San Diego que acudió al Scrips Memorial Hospital confirmó la identidad de Rojas Hernández.
Agresiones impunes
El comisionado nacional de Migración del Comité de Amigos Americanos, Christian Ramírez, condenó el hecho que calificó como "brutal", exceso de fuerza y abuso de autoridad.
Advirtió que el gobierno mexicano debe hacer una protesta enérgica para que estos hechos no sigan ocurriendo.
Sostuvo que los casos de abusos y agresiones policiacas son muy frecuentes en San Diego y otros puntos del país, y no sólo afecta a migrantes indocumentados sino a personas que residen legalmente en Estados Unidos.
Muchos otros incidentes de este tipo, que han derivado en muerte de personas han quedado impunes porque las autoridades agresoras son las mismas que investigan.
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