Con una imagen más conservadora que en sus inicios y con un compromiso social, la agrupación de rock mexicano Jaguares refrendará la influencia que ha tenido en la escena musical del país cuando por primera vez participe en el Festival Vive Latino, t confirmó que sin su familia estaría perdido.
En entrevista, el líder del grupo Saúl Hernández comentó: “Nos invitaron a participar y para nosotros significó una valorización de lo que hemos hecho, de lo que aportamos como músicos; además, nos emociona estar frente a todas las personas que van a asistir a esta celebración, no es fácil pisar ese tipo de escenarios”.
Ahora Saúl luce un atuendo más conservador, dejó atrás esa influencia de Robert Smith, de quien se ha declarado miles de veces admirador, y aseguró que su vida se basa en la familia. “Sin mi familia yo estaría completamente perdido, mi pareja y mi hija Zoey son una estructura muy sólida, una base un poco psicológica y física, así como una de las causas por lo que lucho. Son mi motor, mi estandarte, mi templo, mi guarida, mi refugio... mis jardines”, refiriéndose al tema “Entre mis jardines”, el cual escribió a su pareja, con quien está dispuesto a “ceder” al matrimonio.
El músico de 44 años, quien ha afirmado que no le gusta “ser esclavo de una imagen”, refrendó el compromiso social que tiene con su país, con la música y con su familia, y comentó: “Llevamos 25 años en la música, tuvimos una primera etapa cuando éramos Caifanes; ese tiempo lo llamamos del descubrimiento: todo era nuevo, no sabíamos comportarnos con la prensa, perdimos mucho tiempo en las drogas y en los excesos, pero hubo un momento en que nos dimos cuenta que eso no nos servía”.
Saúl afirmó que, “Jaguares vino a reafirmar todo lo que hemos tratado de crear, nos descubrimos como seres humanos tanto como músicos, una situación muy importante en nuestras vidas, sobre todo en la mía y en la de Alfonso, mi compañero por más de 20 años en este mundo”.
Pero la melancolía de sus seguidores desde que eran Caifanes se ve reflejada en su reciente disco 45, el sexto disco de Jaguares, el cual salió a la venta en septiembre tras un descanso de tres años y sigue a Crónicas de un laberinto. Con el título de la grabación, la banda pretende resaltar la desigualdad económica, social y de clases en México, elementos que hacen resaltar sus raíces musicales.
Su compañero de Caifanes Diego Herrera toca los teclados en el disco, el cual tiene partes que recuerdan el estilo de la banda con la que despegó su carrera en los años 80.
“Somos un país tercermundista que vivimos bajo un régimen totalitario, con una oligarquía de la edad media. Y estamos sufriendo”, declaró el músico. “Hay un conflicto muy fuerte, la repartición injusta de los bienes: si eres hijo de una familia buena, con dinero, todo te va bien, pero si eres de la clase obrera...”.
Hablar de Saúl Hernández es recordar las tocadas en hoyos funkys del país en los 80 y no olvidar los temas “La célula que explota” y “Antes de que nos olviden”, los cuales se han mantenido como clásicos del rock mexicano. El músico lo reconoce, pero también asegura que la comparación le cansa.
“Hasta el momento no hay ningún plan de reunirnos para hacer un proyecto como Caifanes, el pasado no existe ya y el futuro no lo conocemos, pero el presente es un regalo y Jaguares es el presente”.
A pesar de que Hernández confesó que tuvo una etapa de querer brincar al vacío, “constantemente vivimos como en el tren bala, pero luego te das cuenta que no hay nada más agradable que disfrutar los tiempos, nosotros nos seguimos sintiendo jóvenes”.
El músico, quien con su agrupación ha realizado tributos a José José y Juan Gabriel, manifestó que en la música nada es suficiente, “creo que todavía hay mucha carencia en el rock”.
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